Los trastornos de la alimentación son enfermedades psicológicas y médicas que pueden afectar negativamente la salud reproductiva. Según datos de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA) publicados en 2010 si bien estas enfermedades tienen mayor incidencia en la adolescencia, la edad de comienzo es cada vez más temprana y en los últimos años se triplicaron los casos de estos trastornos entre los hombres jóvenes. Estudios internacionales de Mervat Nasser también dados a conocer por Aluba revelaron que Argentina es el país que presenta más problemas en materia de trastornos de alimentación según el relevamiento de más de 100 mil casos y se calcula que entre los adolescentes los desórdenes alimentarios crecieron un 50% en los últimos 10 años. Las consecuencias para el sistema reproductivo.
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Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades crónicas y progresivas que, si bien se manifiestan a través de la conducta alimentaria, consisten en una gama muy compleja de síntomas entre los que prevalece:
- Una alteración o distorsión de la auto-imagen corpora un gran temor a subir de peso la adquisición de una serie de valores a través de una imagen corporal
Las causas son múltiples y variadas. Pueden surgir como consecuencia del modo de vida, de los modelos estéticos predominantes, de problemas psicológicos o de autoestima, o de considerar a la delgadez como una forma de vida.
“La denominación trastornos alimenticios o alimentarios se refiere a aquellos trastornos psicológicos que derivan en anomalías graves en el comportamiento de la ingesta de alimento, es decir que la explicación de estos trastornos se encuentra en una alteración psicológica.
Se entiende entonces que el síntoma externo podría ser una alteración de la conducta alimenticia -dietas prolongadas, pérdida de peso, actividad física intensa- pero el origen de estos trastornos debería explicarse a partir de una alteración psicológica basada en insatisfacción personal, miedo a madurar, elevados índices de autoexigencia, ideas distorsionadas sobre el peso o la comida, etc. La bulimia y la anorexia nerviosa se presentan con mayor frecuencia pero existe una amplia gama de trastornos muy variados que en líneas generales los denominamos trastornos no específicos de la conducta alimentaria”, sostiene la Lic. Lucía Molina, del Departamento de Nutrición de Halitus Instituto Médico.
Alimentación y fertilidad
El estudio de relevamiento de Mervat Nasser dado a conocer por ALUBA difundió que en nuestro país 1 de cada 100 mujeres padece de anorexia y en la adolescencia una de cada 10 sufre de anorexia o bulimia. Esto no sólo repercutiría sobre la salud general y el peso, sino también tendría consecuencia para la fertilidad.
“Hay varios estudios de prevalencia de trastornos en la alimentación en pacientes que atraviesan tratamientos de fertilidad. El problema es que es difícil la comparación dado que según los criterios diagnósticos utilizados pueden variar mucho los resultados.
Por citar algunos estudios podemos mencionar que la prevalencia de trastornos en la alimentación en pacientes infértiles es hasta cinco veces mayor que en la población en general. Otros mencionan que entre pacientes que cursan con amenorrea u oligoamenorrea, el 58% se condicen con criterios de trastornos alimentarios pasados o actuales”, expresa la nutricionista.
Y continúa: “Es muy importante para nosotros los médicos especialistas en fertilidad saber si las pacientes están restringiendo la ingesta o padecen de un trastorno de la alimentación que puede estar afectando su fertilidad. No saberlo puede demorar la elección de un tratamiento correcto por falta de diagnóstico o puede llevarnos a diagnosticar, como sucede en más de la mitad de los casos, una esterilidad sin causa aparente cuando en realidad, de poseer la información, podríamos estar actuando en consecuencia y tal vez acercarnos más rápidamente a lograr un tratamiento exitoso. Por eso hemos incorporado una encuesta de hábitos nutricionales que consiste en un cuestionario sencillo y finaliza con una autoevaluación que divide a grandes rasgos entre pacientes que requieren o no una intervención nutricional”, agrega el Dr. Sergio Pasqualini, Director de Halitus Instituto Médico.
También es importante destacar que el sistema reproductivo es muy sensible al estrés fisiológico que pueden implicar los trastornos alimentarios. Una vez recuperado el peso ideal, la amenorrea puede persistir en algunos casos porque no siempre es suficiente para que el cuerpo recupere todas sus funciones reproductivas normalmente, pero en general, cuando las personas dejan de restringir la ingesta de calorías y aumentan de peso hasta el ideal, las menstruaciones se normalizan y hasta pueden llegar a lograr un embarazo espontáneo. “Cerca del 40% de los problemas de fertilidad femeninos de mujeres que han padecido desórdenes alimentarios se dividen en amenorrea, oligomenorrea y anovulación relacionados con desórdenes hormonales, irregularidades menstruales y dificultades emocionales. Los periodos menstruales a menudo cesan luego de la disminución del 10 al 15% del peso corporal normal. Esto requiere que todo el equipo en forma multidisciplinaria accione para resolver cada uno de estos niveles. Es por esto que nosotros siempre coordinamos con todo nuestro equipo multidisciplinario el tratamiento de este tipo de pacientes. Es importante el rol de la nutricionista, de la psicóloga, de nuestro equipo relacionado al programa mente cuerpo y de todos aquellos involucrados para lograr que mujer llegue al momento de la búsqueda bien preparada”, concluye el médico.
También es importante destacar que el sistema reproductivo es muy sensible al estrés fisiológico que pueden implicar los trastornos alimentarios. Una vez recuperado el peso ideal, la amenorrea puede persistir en algunos casos porque no siempre es suficiente para que el cuerpo recupere todas sus funciones reproductivas normalmente, pero en general, cuando las personas dejan de restringir la ingesta de calorías y aumentan de peso hasta el ideal, las menstruaciones se normalizan y hasta pueden llegar a lograr un embarazo espontáneo. “Cerca del 40% de los problemas de fertilidad femeninos de mujeres que han padecido desórdenes alimentarios se dividen en amenorrea, oligomenorrea y anovulación relacionados con desórdenes hormonales, irregularidades menstruales y dificultades emocionales. Los periodos menstruales a menudo cesan luego de la disminución del 10 al 15% del peso corporal normal. Esto requiere que todo el equipo en forma multidisciplinaria accione para resolver cada uno de estos niveles. Es por esto que nosotros siempre coordinamos con todo nuestro equipo multidisciplinario el tratamiento de este tipo de pacientes. Es importante el rol de la nutricionista, de la psicóloga, de nuestro equipo relacionado al programa mente cuerpo y de todos aquellos involucrados para lograr que mujer llegue al momento de la búsqueda bien preparada”, concluye el médico.
Información: una aliada fundamental
“En estudios de prevalencia de este trastorno, se encontró que cerca del 60% de las pacientes que tenían algún trastorno de la alimentación se encontraban en tratamiento por infertilidad sin causa aparente. Y en estudios anteriores se ha demostrado que una vez restablecida la ingesta calórica y alcanzado un índice de masa corporal adecuado, las menstruaciones se normalizaban y podían incluso alcanzar un embarazo de forma natural. Es importante destacar el hecho que la gran mayoría de las pacientes que padecen o padecieron algún trastorno de la conducta alimentaria no lo refieren al especialista en fertilidad que las atiende, y esto sucede porque desconocen la relación que pueden tener estos trastornos con su fertilidad. Por eso consideramos importante que la evaluación nutricional de la pareja infértil se realice casi en simultáneo a la primera consulta de fertilidad, para actuar si es necesario. El riesgo de bajo peso al nacer es dos veces más elevado en hijos de madres que padecieron algún trastorno en la alimentación antes del embarazo” dice la experta en nutrición.
Es importante saber:
El sobrepeso y la obesidad inciden en los ciclos menstruales y en muchos casos provocan irregularidades.
El exceso de masa corporal puede afectar la secreción de gonadotrofinas, aumentar la cantidad de andrógenos y provocar insulinoresistencia.
Las mujeres con sobrepeso u obesidad muchas veces requieren más estimulación con gonadotrofinas o dosis mayores.
La Lic. Molina agrega: “El índice de masa corporal es una medida que se tiene en cuenta en la consulta. También hay que evaluar el porcentaje de grasa corporal, el peso habitual de la paciente con respecto al peso actual, un auto registro de ingesta puede también ser una herramienta útil en estos casos”.
En el caso de mujeres que buscan embarazo, la nutricionista explica: “Hay que tener cuidado con estas mujeres para no afectarlas emocionalmente, evitando dar órdenes y más bien aconsejar, de a uno por vez, asegurando en primera instancia la ingesta de nutrientes esenciales en cantidades adecuadas e ir progresando lentamente a una alimentación completa y variada”.
“En estudios de prevalencia de este trastorno, se encontró que cerca del 60% de las pacientes que tenían algún trastorno de la alimentación se encontraban en tratamiento por infertilidad sin causa aparente. Y en estudios anteriores se ha demostrado que una vez restablecida la ingesta calórica y alcanzado un índice de masa corporal adecuado, las menstruaciones se normalizaban y podían incluso alcanzar un embarazo de forma natural. Es importante destacar el hecho que la gran mayoría de las pacientes que padecen o padecieron algún trastorno de la conducta alimentaria no lo refieren al especialista en fertilidad que las atiende, y esto sucede porque desconocen la relación que pueden tener estos trastornos con su fertilidad. Por eso consideramos importante que la evaluación nutricional de la pareja infértil se realice casi en simultáneo a la primera consulta de fertilidad, para actuar si es necesario. El riesgo de bajo peso al nacer es dos veces más elevado en hijos de madres que padecieron algún trastorno en la alimentación antes del embarazo” dice la experta en nutrición.
Es importante saber:
El sobrepeso y la obesidad inciden en los ciclos menstruales y en muchos casos provocan irregularidades.
El exceso de masa corporal puede afectar la secreción de gonadotrofinas, aumentar la cantidad de andrógenos y provocar insulinoresistencia.
Las mujeres con sobrepeso u obesidad muchas veces requieren más estimulación con gonadotrofinas o dosis mayores.
La Lic. Molina agrega: “El índice de masa corporal es una medida que se tiene en cuenta en la consulta. También hay que evaluar el porcentaje de grasa corporal, el peso habitual de la paciente con respecto al peso actual, un auto registro de ingesta puede también ser una herramienta útil en estos casos”.
En el caso de mujeres que buscan embarazo, la nutricionista explica: “Hay que tener cuidado con estas mujeres para no afectarlas emocionalmente, evitando dar órdenes y más bien aconsejar, de a uno por vez, asegurando en primera instancia la ingesta de nutrientes esenciales en cantidades adecuadas e ir progresando lentamente a una alimentación completa y variada”.
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